La atracción entre seres humanos se puede explicar por medio
de factores de índole inconsciente. Estos factores vienen condicionados por la
percepción a través de órganos sensoriales. Entre los elementos más relevantes de
la atracción sexual se encuentran la percepción visual, el sentido olfatorio y
el auditivo.
Varios estudios demuestran la relación de estos con la compatibilidad genética, salud y viabilidad de la progenie de los individuos, que
ofrece un aumento de la probabilidad de éxito reproductivo y de una mejor
progenie. Por tanto, podemos suponer una relación entre la compatibilidad
genética de los individuos y su atracción
mutua.
En los estudios realizados para encontrar la causa de la
"belleza" se ha hallado relación con el nivel de hormonas sexuales
del individuo. En hombres, la hormona sexual por excelencia es la testosterona.
Los efectos de la testosterona se pueden clasificar como androgénicos y
anabólicos, que promueven el crecimiento de masa ósea y muscular.
Efectos anabólicos: Crecimiento
de la masa muscular, el incremento de la densidad ósea y la fuerza
de estas. La estimulación del crecimiento longitudinal y la maduración de los
huesos. Esto provoca el ensanchamiento de mandíbula y hombros, así como el
alargamiento de la cara.
Efectos androgénicos: Maduración de los órganos sexuales, profundización
de la voz, crecimiento de vello facial y corporal.
Como podemos
intuir, el efecto de la testosterona ocasiona una virilización del individuo
masculino, entrando estas transformaciones en el estándar de belleza masculina.
Los niveles de testosterona están relacionados con la fertilidad y salud del
hombre, esta puede ser la razón evolutiva de esta preferencia por parte del
sexo opuesto.
En individuos femeninos, las hormonas sexuales estudiadas que
intervienen en el atractivo son el estrógeno y la progesterona. Están relacionadas
con el ciclo menstrual de la mujer, fluctuando sus niveles durante las
distintas etapas de este. Estas hormonas tienen numerosas funciones, entre
ellas desarrollar los caracteres sexuales de la mujer, produciendo un efecto
feminizante. Están relacionadas con el tamaño de los senos y el de las caderas. Al igual que la masculina, estas hormonas
son indicativas de la fertilidad y salud de la mujer.
Los factores visuales jugarán papel en la atracción, por ejemplo, en la preferencia por la simetría facial. La simetría facial es considerada primordial en la definición
de belleza, estudios demuestran relación entre esta y la salud del individuo.
Se cree que los individuos con menor índice de asimetría fluctuante tienen
mayor probabilidad de aparearse.
Otro de los factores más importantes en la atracción sexual es el
olor. El olfato es un sentido muy sensible y poderoso. Es el único que viaja
directamente a la corteza cerebral, por lo cual es el sentido más rápido de
todos. Éste sentido determinará considerar a alguien agradable o repulsivo; un
resultado positivo será fundamental en el proceso de atracción.
Dentro del
sentido del olfato encontramos en algunas especies un órgano auxiliar llamado
Órgano Vomeronasal, no ha sido demostrada su funcionalidad en seres humanos
pero, de ser funcional, sería el órgano receptor de las feromonas.
Las feromonas son hormonas secretadas al ambiente y afectan a los
que son de la misma especie en su comportamiento. Las feromonas llevan muchos años estudiándose,
los científicos no se ponen de acuerdo sobre la importancia del papel de estas
en la atracción sexual entre seres humanos. Estas son hormonas secretadas al
ambiente y afectan a los que son de la misma especie en su comportamiento. Algunas
investigaciones han dado resultados positivos en la relación entre el
incremento de feromonas y la atracción que ejercen los individuos estudiados.
Otros estudios han demostrado una relación entre la elección basada el olor y el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). El MHC es una familia de genes hallados en todos los vertebrados cuya función es la codificación de moléculas (glicoproteínas) denominadas antígenos leucocitarios humanos o antígenos de histocompatibilidad, que participan en la presentación de antígenos a los linfocitos T permitiendo la activación de procesos críticos en la generación de la respuesta inmunitaria.
Otros estudios han demostrado una relación entre la elección basada el olor y el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). El MHC es una familia de genes hallados en todos los vertebrados cuya función es la codificación de moléculas (glicoproteínas) denominadas antígenos leucocitarios humanos o antígenos de histocompatibilidad, que participan en la presentación de antígenos a los linfocitos T permitiendo la activación de procesos críticos en la generación de la respuesta inmunitaria.
En estudios
realizados por el equipo de Wekedin publicados por la Universidad de Chicago, trataron a un grupo de mujeres
realizándoles pruebas olfatorias a través de camisetas usadas por diferentes
hombres. Las mujeres que estaban ovulando calificaron positivamente los olores
de hombres con diferente MHC. Además, se notificó en varias ocasiones que los
olores de hombres con diferente MHC les recordaba a algún compañero sentimental
actual o pasado. Este sistema podría suponer una barrera para las relaciones
endogámicas dado que los parientes tendrían un MHC similar.
A pesar de los múltiples estudios se puede concluir que ningún resultado es completamente concluyente por sí solo. Teniendo en cuenta que múltiples factores toman papel en la atracción, resulta evidente que este fenómeno entre humanos es complejo. Para investigaciones futuras, sería interesante un estudio interdisciplinar de la atracción, teniendo en cuenta todos los factores químicos, genéticos, fisiológicos y psicológicos que intervienen en esta.