Esta curiosa formación ha sido objeto de una gran cantidad de estudios, los cuales han sido realizados en aves que poseen grandes alas y migran largas distancias como el Geronticus eremita (Ibis eremita), especies pertenecientes al género Anas (patos), Anser y Branta (gansos), así como muchas otras. El estudio en aves más pequeñas resulta mas complicado para los científicos, ya que su vuelo crea estelas mas pequeñas.
Estas aves objeto de estudio
utilizan formaciones lineales de
vuelo, la cuales son llamadas escalones (echelons).
Dentro de estas formaciones la más conocida y estudiada es la famosa formación
en V. Varios estudios realizados han obtenido la misma conclusión, el objetivo
de esta forma de vuelo es el ahorro
energético.
La investigación en la que nos
centramos comienza
con un
proyecto preexistente de reintroducción del Ibis Eremita, ave en
peligro de extinción en Europa, intentando recrear la antigua ruta
migratoria de Austria a Italia. Estos ibis fueron criados y
entrenados para que siguieran un avión ultraligero. El estudio,
publicado en línea en la revista Nature,
basado en el trabajo de James Usherwood, en el Royal Veterinary
College de la Universidad de Londres, en Hatfield, donde se realizó
la investigación se aprovechó de este proyecto existente.
Las
bandada de aves estudiadas disponían de un dispositivo insertado
para recolectar datos. Se registraron datos de posición, velocidad
y dirección, así como cada batir de alas. El GPS del dispositivo
determina la posición de vuelo de cada ave a un plazo de 30 cm, y un
acelerómetro mostró la sincronización del aleteo. Pudieron
observar además que los pájaros se incorporaban siempre justo
detrás y al lado del ave situada en frente, coincidiendo con la posición de
la punta de su ala.
La
explicación de estos detalles en el desplazamiento puede entenderse
a través de la aerodinámica. La resistencia que ejerce el aire en
el vuelo del ave conlleva un gran gasto energético para éste,
situándose tal y como describimos anteriormente, el ave que se
incorpora aprovecha las corrientes ascendentes de aire formadas por
su compañera de delante, ganando impulso (Dibujo 1). Además
sincronizan
perfectamente su aleteo, manteniendo siempre la punta de su ala de
forma que coincida con el área de aire ascendente que llega del que
vuela delante, a través del ciclo del aleteo.
Un
experimento previo realizado con pelícanos ofreció el primer
indicio real de que las formaciones en V sirven para preservar
energía, mostrando que el ritmo
cardíaco de las aves disminuía cuando
estaban volando juntas en V. Estos estudios estiman que las aves
pueden usar aproximadamente un 20-30% menos de energía mientras
mantienen esta formación.
Durante los vuelos locales de alimentación, por ejemplo, la
conservación de la energía es probablemente mucho menos importante
que la cuidadosa orientación y prevención de colisiones. Durante la
migración de larga distancia, siendo también necesaria la
orientación y la comunicación, hay mucho que ganar para cada ave en
la bandada mediante la optimización de su posición para conservar
energía.
Los
líderes de las formaciones cambian de vez en cuando pero -obviando
la razón de su propio ahorro energético- las causas, la frecuencia
y las características de estos cambios todavía no se han
determinado. Existen numerosas predicciones intuitivas acerca de la
elección líder, teniendo en cuenta la edad, la experiencia, el
sexo, la condición y el estatus social de este, pero los
investigadores no han descubierto la manera de superar los problemas
logísticos prohibitivos para probarlos.
De
la misma forma en que las aves ahorran energía aprovechando el
impulso de otras, muchas
compañías que trabajan en el desarrollo de vehículos aéreos
no tripulados buscan copiar la formación en V por su eficiencia
energética.
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